Q 

ué momento más difícil para informar de una manera objetiva, tomando en cuenta que desde todos los puntos de vista quién más sufre es la población civil, tanto palestinos como israelíes.

Las fuerzas armadas israelíes afirmaron que un ataque aéreo contra el campo de refugiados de Jabaliya, en el norte de Gaza, dio de baja a uno de los principales comandantes de Hamás, responsable de la masacre del 7 de octubre.

El ataque israelí contra el campo de refugiados de Jabalia causó daños catastróficos y mató a al menos medio centenar de personas, según testigos presenciales y médicos del lugar. Israel dice que su ataque tuvo como objetivo a un alto comandante de Hamas, llamado Ibrahim Biari, aunque el grupo negó rotundamente la presencia de uno de sus líderes en el campamento.

Según las Fuerzas de Defensa de Israel, Biari fue un actor “fundamental en la planificación y ejecución del ataque del 7 de octubre” contra Israel, durante el cual Hamás mató a 1.400 personas y secuestró a más de 200, la mayor parte de ellos civiles.

Por su parte, el movimiento islamista aseguró que sus militantes dispararon contras las fuerzas israelíes en el norte y sur del territorio.

La situación para los civiles empeora: al menos 8.525 personas han muerto en Gaza, de los cuales más de 3.400 son niños, de acuerdo con el ministerio de Salud de Gaza, mientras la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte una “catástrofe de salud pública inminente”. Israel lanzó su campaña de bombardeos luego del ataque de Hamás en territorio israelí que dejó al menos 1.400 muertos, según las autoridades israelíes, y más de 200 rehenes.

El Reino Unido dice que hay “informes creíbles” de que algunos de los residentes más gravemente heridos de Gaza podrían entrar hoy en Egipto para recibir tratamiento médico.