La automatización de la salud se presenta como un salvavidas: podría ahorrar más de 140.000 millones de euros a la industria sanitaria mundial.

¿Confiarías en un robot de plástico para convertirse en la compañía de tu ser querido? ¿Podrán los robots reemplazar el contacto humano en un futuro?

Según la revista Ethic, ante esta necesidad, muchos miran ya, de nuevo, hacia las bondades de las nuevas tecnologías y los conocidos como Carebots, “dispositivos tecnológicos empleados en el cuidado tanto de forma directa como indirecta”, lo que incluye desde sistemas robóticos capaces de trasladar a una persona de la cama a la silla hasta tareas como transportar materiales sanitarios a una enfermería. 

Más allá de la espectacularidad que reviste la robótica, lo cierto es que dentro de los carebots también se incluyen avances más discretos e igualmente esenciales. 

Es el caso de los programas digitales guiados por la inteligencia artificial y las pequeñas herramientas wearable –que se pueden ‘vestir’, al igual que las pulseras inteligentes– como las que ofrecen compañías como CarePredict, que cuantifican aspectos tan dispares como la calidad del sueño, el nivel de higiene o la correcta alimentación.

La compañía, que ha rehusado responder a cualquier pregunta, defiende “saber que [las personas] están bien” mediante la predicción algorítmica. Pero ¿podría sustituir a una persona? 

Aquí hay un cierto límite: no deberíamos llegar a “considerarlos sustitutos”, ya que eso podría borrar lo que entendemos como cuidar y las responsabilidades que conlleva: “El contacto humano es una parte vital de la atención a las personas. Tecnificar los cuidados, sí; deshumanizarlos, no”.

En China, cada vez menos hijos pueden cuidar de sus padres y los costos laborales de los hogares para adultos mayor están aumentando. Por estas razones, se está poniendo a prueba una solución innovadora. 

Desde hace varios años, en varios países del mundo, se han usado robots para asistir con el cuidado de los adultos mayores. Estos han funcionado para varias funciones, entre ellas recordarle a los pacientes tomar sus medicinas o salir a caminar, ser un apoyo para caminar, detectar caídas, recordar quienes son las visitas que están al lado y mucho más.  

Recientemente – en varios centros de China, se está mejorando su diseño para que estos “Carebots” tengan un objetivo que va más allá – están siendo programados para jugar un rol más de compañía y para combatir la soledad. 

China, el país que más produce robots industriales y el mayor comprador de robots, ya cuenta varios hogares que están probando estos Carebots.

Los robots están siendo diseñados para convertirse en amigos de los pacientes. Ellos aprenden y analizan datos para así saber lo que le gusta al paciente, queriendo hacer toda interacción agradable. Estos ofrecen actividades interactivas y en grupo para aumentar la conectividad social. 

Por el momento, no son perfectos y tienen fallas. Pero podemos predecir que en un futuro, estaremos viendo más de estos, y no solo en China pero podrán llegar a nuestros países. 

La soledad, según varios estudios, muestran que esta puede traer un mayor riesgo de enfermedad cardíaca, presión arterial alta, derrame cerebral o una muerte más temprana. Estos Carebots podrían combatir a todo esto. Ya el robot Paro, usado en Japón, ha demostrado reducir el estrés del adulto mayor y de su cuidador, y hasta reducir la necesidad de algunos medicamentos.