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      /  Entérate   /  Carlos Navarro: “Nació una de las películas más lindas que yo he vivido estos cuatro años, jamás me imaginé que una persona que hizo lo mismo que el migrante ahora esté de este lado, dándoles la bienvenida”

    Carlos Navarro: “Nació una de las películas más lindas que yo he vivido estos cuatro años, jamás me imaginé que una persona que hizo lo mismo que el migrante ahora esté de este lado, dándoles la bienvenida”

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    amás se imaginó que pasaría de migrante a dar abrigo y alimento a miles que intentan pasar la frontera

     Cuando un migrante cruza la frontera entre México y Estados Unidos, vienen con hambre, frío, deshidratación, algunos enfermos, otros asustados. Son detenidos por una Patrulla Fronteriza en un centro de detención. Se procesa a cada uno como un “caso” y dependiendo de lo que digan los oficiales hay dos opciones: la deportación al  son último paíse de paso, o la oportunidad de tomar un autobus para cumplir el “sueño americano”.

    Carlos Navarro tiene 62 años. Es oriundo de Guatemala y actualmente es pastor la Iglesia Bautista West Brownsville en Texas.

    En el 2017 fundó el Ministerio Golán, para asistir a las personas que migran hacia Estados Unidos desde muchos países latinoamericanos, tal como él mismo vivió la experiencia hace 41 años, cuando llegó a Norteamérica.

    “En un mes en San Francisco, California yo dormí en once diferentes lugares durante todas las noches. Andaba como pelota de ping-pong y estuve a escasos centímetros de terminar como un habitante de la calle. No estaríamos hablando ahora”, nos dijo el pastor Carlos.

    Luego de ser acogido en una iglesia de California, de dormir nueve meses en un cuarto, de comer solo una vez al día, hoy reconoce que ve parte de su historia en el rostro de todos los migrantes a los que ha tenido la oportunidad de ayudar.

    “¡Cómo fue que a mí me agasajaron las historias! son de reencuentros papá, hijos, esposa y esposo que fueron separados en diferentes campamentos o porque fueron secuestrados con finales desastrosos, con extorsiones. Luego empezar a ver buses y darnos cuenta que la mamá se reencuentra con su hijo y los dos tenían la percepción de que habían muerto”, relata.

    El Ministerio Golán nació en el río Suchiate, que separa Guatemala con México. Era un punto estratégico donde se empezaron a formar las primeras caravanas de migrantes que buscaban llegar a Estados Unidos. De trescientas a mil personas podían verse caminando con el mismo destino, una mejor oportunidad.

    El pastor Carlos es un verdadero conocedor de la migración. Afirma que aunque el objetivo del Ministerio es compartir la fe, también busca darles lo básico, ya sea una Biblia, una botella de agua, artículos de higiene, ropa. Han ayudado a más de 47.000 migrantes y la Iglesia Bautista West Brownsville es una de las tres ONG oficiales de la ciudad.

    “Hemos dado 125.000 platos de comida, además de eso tenemos la fortuna de tener la asistencia del Salvation Army y varias entidades acá de agencias de beneficencia en los Estados Unidos. Desde un palillo de dientes a un hisopo, todo lo que tú necesitas en el día nosotros lo tenemos, desde cinturones, cordones de los zapatos, porque [los migrantes] vienen sin nada, ropa interior para dama, niño, caballero, anciano y comida. En estos tiempos calurosos ya no damos agua, porque la gente viene deshidratada, entonces aunque sea un poquito más elevado, el costo les damos Gatorade o barritas nutritivas”.

    En el recinto que manejaba el Ministerio Golián había una capacidad para 16 a 20 personas, dependiendo si fueran adultos o familias con niños. No querían caer en el hacinamiento, pues el padre Carlos y su equipo sabían que estas personas venían de vivir en tiendas de campaña, de estar muchas personas en una misma tienda, por lo que querían darles un respiro amigable y un sentido de pertenencia y comodidad.

    “¿Te imaginas tú que en cinco meses de operación aprendimos más de mil quinientas personas? entonces hubo ciertas cositas que se llegaron a descomponer, puertas, los inodoros, bisagras, las luces, la estufa y de algunas ventanas. Entonces vino el departamento de incendios y hubo cosas que tuvimos que mejorar”, nos contó Carlos. 

    ¿Qué sucedió luego de la terminación de la política Título 42?

    El religioso nos contó que ellos ya habían visto algo parecido en el 2019 y 2020 antes de la pandemia.

    “El flujo era grande, fue cuando empezó a disolverse la primera caravana de 30.000 migrantes, entonces ya habíamos visto esto y no estábamos tan bien organizados como ahora”.

    El entonces alcalde de la ciudad, Tony Martínez, abordó al padre Carlos para que apoyara el recibimiento de personas, por lo que habían colapsado los centros de operación y los albergues. ¿La razón? por ser pastor, guatemalteco y entender el idioma, no necesariamente el español, sino modismos, costumbrismos, en especial de Centroamérica. Además, Carlos sabía lo que se sentía ser migrante.

     “Al principio [de la terminación del Título 42] se llegó a considerar que iba a rebasarnos. De 175 a 225 personas diarias, tener que ver mil cien personas, eso ya fue alarmante. Afortunadamente nosotros pudimos atender en tres días a 2.177 migrantes. Ahora el flujo ha bajado considerablemente”.

    En San Antonio hay un albergue inmenso que es manejado por las Caridades Católicas. Las personas migrantes se pueden quedar allí hasta cuatro días y la administración se encarga de conseguir boletos de buses para que ya se vayan a su destino final.

     La invitación del pastor guatemalteco es tener compasión y empatía.

    “No he visto a nadie a ninguna persona que venga con un perfil de ser un peligro para la sociedad, es gente con hambre de libertad, es gente que viene con deseos de tener una oportunidad en la vida, de realizarse. Ya vivimos lo peor, seamos un poquito más solidarios y que podamos comprender por qué esta gente toma esa medida de venirse”.